En el campo se oye mejor el alma. Lo sabían los románticos, lo repitió Henry David Thoreau y hoy lo afirman muchas de las narradoras e ilustradoras que han encontrado en el paisaje rural no solo un espacio físico, sino un lugar simbólico donde habitar lo íntimo, lo político y lo emocional.. El campo ya no es un decorado bucólico ni un telón de fondo idealizado: puede ser amable o inhóspito, fértil o devastado. Se ha convertido en una metáfora de nuestras pulsiones, en un espejo de las complejidades sociales, en un personaje con voluntad propia.. En esta nueva literatura botánica, lo vegetal y lo silvestre se asocian al cuidado, la resistencia o la memoria femenina. También hay espacio para viajes salvajes de hombres que recuperan, en peligrosas incursiones en Siberia, la identidad perdida en las guerras. La naturaleza ya no es un refugio que se contempla desde fuera, sino un lenguaje que se escribe desde dentro. Un lugar desde el que narrar lo que somos y lo que nos duele. Aquí va una selección de la última narrativa y pensamiento sobre este tema.. ‘Oso’, de Julia Phillips (Sexto Piso). En la idílica pero aislada isla de San Juan, las hermanas Sam y Elena trabajan para cuidar de su madre enferma. La aparición de un oso enigmático altera su rutina y pone a prueba su vínculo. Mientras Sam ve en el animal una señal para abandonar la isla, Elena se siente atraída por la criatura.. Julia Phillips (Montclair, 1989) teje una fábula moderna que explora la relación entre los seres humanos y la naturaleza, una simbiosis capaz de reflejar nuestras tensiones y anhelos.. ‘Habitada’, de Cristina Sánchez-Andrade (Anagrama). Ambientada en la Galicia rural de principios del siglo XX, esta novela se centra en Manuela, una joven que sufre una extraña dolencia conocida como corpo aberto: Manuela habla con la voz de un clérigo fallecido. Este fenómeno desata una serie de eventos que revelan las complejidades de una comunidad atrapada entre la superstición y la realidad.. Cristina Sánchez-Andrade (Santiago de Compostela, 1968) combina realismo mágico y humor para retratar la Galicia profunda y sus tradiciones.. ‘Cómo pronunciar cuchillo’, de Souvankham Thammavongsa (Eterna Cadencia Editora). Esta colección reúne 14 relatos sobre la vida de inmigrantes en contextos hostiles. Con una prosa minuciosa, Souvankham Thammavongsa retrata personajes desplazados que buscan pertenecer: una niña que oculta las dificultades lingüísticas de sus padres o un boxeador que trabaja en un salón de uñas.. Ganadora del Premio Giller, la autora propone una mirada sensible, lúcida y no exenta de humor sobre el desarraigo, la identidad y la extrañeza de habitar un mundo ajeno.. ‘Proscrito y salvaje’, de Doug Peacock (Errata Naturae). Con una prosa directa y visceral, Doug Peacock (Alma Michigan, 1942) entrelaza memoria, aventura y activismo. El autor narra sus experiencias tras combatir en Vietnam, una guerra que le convirtió en un ecologista radical a causa, entre otras cosas, del estrés postraumático que sufrió.. A través de relatos de encuentros con osos grizzly, tigres siberianos y otros animales, Peacock denuncia la crisis ambiental y aboga por preservar lo salvaje. Un viaje indómito desde México hasta Siberia, con huidas hasta del FBI.. ‘El arte de coleccionar moscas’, de Fredrik Sjöberg (Libros del asteroide). La pasión por los sírfidos —esas moscas florales ignoradas por casi todos— de Fredrik Sjöberg (Västervik, Suecia, 1958) son la premisa de este ensayo literario. A medio camino entre las memorias, la biografía y la meditación filosófica, el autor sueco traza una defensa del coleccionismo como forma de habitar el mundo.. Con humor, lirismo y sabiduría, reflexiona sobre la lentitud, el azar, el orden y el caos. René Malaise, entomólogo excéntrico, le sirve de espejo y excusa. La naturaleza, el tiempo y la obsesión se funden en una escritura contemplativa. Un libro excéntrico, delicado e inolvidable.. ‘Furor botánico’, de Laura Agustí (Lumen). Laura Agustí (Valdealgorfa, Teruel, 1980) narra su traslado desde la bulliciosa Barcelona al tranquilo pueblo pirenaico de Nevà, buscando una vida más pausada y en armonía con la naturaleza. Este cambio la reconecta con sus raíces turolenses y con el legado de las mujeres de su familia, quienes le inculcaron el amor por las plantas y sus significados.. El libro combina memorias personales con ilustraciones detalladas, ofreciendo una meditación sobre la relación entre humanos y naturaleza. Agustí destaca la importancia de preservar tradiciones y conocimientos botánicos transmitidos por generaciones. Furor botánico es un homenaje a la belleza de lo simple y al vínculo profundo con el entorno natural.. ‘Larvas’, de Tamara Silva Bernaschina (Páginas de Espuma). En Larvas, Tamara Silva Bernaschina (Minas-Uruguay, 2000) construye un ecosistema narrativo donde lo íntimo y lo insólito conviven con naturalidad. Sus cuentos, atravesados por el campo, los animales y el cuerpo, aúnan lo macabro y lo poético. La naturaleza, aquí, no es refugio, sino herida: hay yeguas muertas, perros que vigilan o delatan, larvas que se incuban en lo más vulnerable.. Bernaschina propone una escritura de lo subterráneo: precisa, inquietante y hermosa como una flor carnívora. Una voz a seguir en el nuevo cuento latinoamericano.. ‘Salvajinas’, de Gabrielle Filteau-Chiba (Minúscula). Ambientada en los densos bosques del norte de Quebec, esta novela sigue a Raphaëlle, una guarda forestal que vive sola —con la única compañía de su perra Coyote— entre linces, osos y trampas ilegales. Cuando su compañera desaparece, la narradora se adentra en un viaje íntimo y político de protección del territorio, y de sí misma.. Con una prosa afilada y terrenal, Gabrielle Filteau-Chiba (1987, Montréal, Québec), finalista de premios como el France-Québec o el Prix des Libraires, nos lega una hermosa historia ecologista que mezcla de thriller y poesía.
El campo ya no es un decorado bucólico, puede ser un espejo de las complejidades sociales.
En el campo se oye mejor el alma. Lo sabían los románticos, lo repitió Henry David Thoreau y hoy lo afirman muchas de las narradoras e ilustradoras que han encontrado en el paisaje rural no solo un espacio físico, sino un lugar simbólico donde habitar lo íntimo, lo político y lo emocional.. El campo ya no es un decorado bucólico ni un telón de fondo idealizado: puede ser amable o inhóspito, fértil o devastado. Se ha convertido en una metáfora de nuestras pulsiones, en un espejo de las complejidades sociales, en un personaje con voluntad propia.. En esta nueva literatura botánica, lo vegetal y lo silvestre se asocian al cuidado, la resistencia o la memoria femenina. También hay espacio para viajes salvajes de hombres que recuperan, en peligrosas incursiones en Siberia, la identidad perdida en las guerras. La naturaleza ya no es un refugio que se contempla desde fuera, sino un lenguaje que se escribe desde dentro. Un lugar desde el que narrar lo que somos y lo que nos duele. Aquí va una selección de la última narrativa y pensamiento sobre este tema.. ‘Oso’, de Julia Phillips (Sexto Piso). ‘Oso’, de Julia Phillips.SEXTO PISO. En la idílica pero aislada isla de San Juan, las hermanas Sam y Elena trabajan para cuidar de su madre enferma. La aparición de un oso enigmático altera su rutina y pone a prueba su vínculo. Mientras Sam ve en el animal una señal para abandonar la isla, Elena se siente atraída por la criatura.. Julia Phillips (Montclair, 1989) teje una fábula moderna que explora la relación entre los seres humanos y la naturaleza, una simbiosis capaz de reflejar nuestras tensiones y anhelos.. ‘Habitada’, de Cristina Sánchez-Andrade (Anagrama). ‘Habitada’, de Cristina Sánchez-Andrade.ANAGRAMA. Ambientada en la Galicia rural de principios del siglo XX, esta novela se centra en Manuela, una joven que sufre una extraña dolencia conocida como corpo aberto: Manuela habla con la voz de un clérigo fallecido. Este fenómeno desata una serie de eventos que revelan las complejidades de una comunidad atrapada entre la superstición y la realidad.. Cristina Sánchez-Andrade (Santiago de Compostela, 1968) combina realismo mágico y humor para retratar la Galicia profunda y sus tradiciones.. ‘Cómo pronunciar cuchillo’, de Souvankham Thammavongsa (Eterna Cadencia Editora). ‘Cómo pronunciar cuchillo’, de Souvankham Thammavongsa.ETERNA CADENCIA EDITORA. Esta colección reúne 14 relatos sobre la vida de inmigrantes en contextos hostiles. Con una prosa minuciosa, Souvankham Thammavongsa retrata personajes desplazados que buscan pertenecer: una niña que oculta las dificultades lingüísticas de sus padres o un boxeador que trabaja en un salón de uñas.. Ganadora del Premio Giller, la autora propone una mirada sensible, lúcida y no exenta de humor sobre el desarraigo, la identidad y la extrañeza de habitar un mundo ajeno.. ‘Proscrito y salvaje’, de Doug Peacock (Errata Naturae). ‘Proscrito y salvaje’, de Doug Peacock.ERRATA NATURAE. Con una prosa directa y visceral, Doug Peacock (Alma Michigan, 1942) entrelaza memoria, aventura y activismo. El autor narra sus experiencias tras combatir en Vietnam, una guerra que le convirtió en un ecologista radical a causa, entre otras cosas, del estrés postraumático que sufrió.. A través de relatos de encuentros con osos grizzly, tigres siberianos y otros animales, Peacock denuncia la crisis ambiental y aboga por preservar lo salvaje. Un viaje indómito desde México hasta Siberia, con huidas hasta del FBI.. ‘El arte de coleccionar moscas’, de Fredrik Sjöberg (Libros del asteroide). ‘El arte de coleccionar moscas’, de Fredrik Sjöberg.LIBROS DEL ASTEROIDE. La pasión por los sírfidos —esas moscas florales ignoradas por casi todos— de Fredrik Sjöberg (Västervik, Suecia, 1958) son la premisa de este ensayo literario. A medio camino entre las memorias, la biografía y la meditación filosófica, el autor sueco traza una defensa del coleccionismo como forma de habitar el mundo.. Con humor, lirismo y sabiduría, reflexiona sobre la lentitud, el azar, el orden y el caos. René Malaise, entomólogo excéntrico, le sirve de espejo y excusa. La naturaleza, el tiempo y la obsesión se funden en una escritura contemplativa. Un libro excéntrico, delicado e inolvidable.. ‘Furor botánico’, de Laura Agustí (Lumen). ‘Furor botánico’, de Laura Agustí.LUMEN. Laura Agustí (Valdealgorfa, Teruel, 1980) narra su traslado desde la bulliciosa Barcelona al tranquilo pueblo pirenaico de Nevà, buscando una vida más pausada y en armonía con la naturaleza. Este cambio la reconecta con sus raíces turolenses y con el legado de las mujeres de su familia, quienes le inculcaron el amor por las plantas y sus significados.. El libro combina memorias personales con ilustraciones detalladas, ofreciendo una meditación sobre la relación entre humanos y naturaleza. Agustí destaca la importancia de preservar tradiciones y conocimientos botánicos transmitidos por generaciones. Furor botánico es un homenaje a la belleza de lo simple y al vínculo profundo con el entorno natural.. ‘Larvas’, de Tamara Silva Bernaschina (Páginas de Espuma). ‘Larvas’, de Tamara Silva Bernaschina.PÁGINAS DE ESPUMA. En Larvas, Tamara Silva Bernaschina (Minas-Uruguay, 2000) construye un ecosistema narrativo donde lo íntimo y lo insólito conviven con naturalidad. Sus cuentos, atravesados por el campo, los animales y el cuerpo, aúnan lo macabro y lo poético. La naturaleza, aquí, no es refugio, sino herida: hay yeguas muertas, perros que vigilan o delatan, larvas que se incuban en lo más vulnerable.. Bernaschina propone una escritura de lo subterráneo: precisa, inquietante y hermosa como una flor carnívora. Una voz a seguir en el nuevo cuento latinoamericano.. ‘Salvajinas’, de Gabrielle Filteau-Chiba (Minúscula). ‘Salvajinas’, de Gabrielle Filteau-Chiba.MINÚSCULA. Ambientada en los densos bosques del norte de Quebec, esta novela sigue a Raphaëlle, una guarda forestal que vive sola —con la única compañía de su perra Coyote— entre linces, osos y trampas ilegales. Cuando su compañera desaparece, la narradora se adentra en un viaje íntimo y político de protección del territorio, y de sí misma.. Con una prosa afilada y terrenal, Gabrielle Filteau-Chiba (1987, Montréal, Québec), finalista de premios como el France-Québec o el Prix des Libraires, nos lega una hermosa historia ecologista que mezcla de thriller y poesía.