Da una vuelta al ruedo en su última isidrada en una hecatombe de Adolfo Martín con la plaza de Madrid convertida en un inmenso gache; maltratados un Escribano heroico y un Ferrera lidiador Leer
Da una vuelta al ruedo en su última isidrada en una hecatombe de Adolfo Martín con la plaza de Madrid convertida en un inmenso gache; maltratados un Escribano heroico y un Ferrera lidiador Leer
Fernando Robleño se despedía de San Isidro 25 años después. Un cuarto de siglo labrado a sangre y fuego. La vida deparaba otro camino a aquel chaval de 12 que soñaba toros de mazapán en la Escuela de Tauromaquia de Madrid que hoy dirige. Recuerdo con emoción la temporada de 2002, cuando sumó cinco tardes en Las Ventas, después de abrir en primavera la Puerta Grande con una corrida del Conde de la Maza y repetir hazaña en otoño con una Victorino sustituyendo a El Cid. Esa ha sido la dura ruta de un torero que nunca volvió la cara en Madrid. Debe de ser hermoso que en la escuela de tu forja y la plaza de tu vida te llamen maestro cuando llegas a la última estación.. Natural de Robleño al quintoJavier Barbancho. Quiso Dios que dentro de la deshonrosa hecatombe de Adolfo Martín fuese el quinto para él, un toro de nombre de buena reata: Aviador. Y Robleño pudo despedirse en este San Isidro postrer con un puñado de naturales para devolver tanto cariño de una afición puesta en pie en una ovación. Fernando Robleño hizo de tripas corazón para corresponder por ese pitón izquierdo que ya había visto, intuido las calidades que desprendía. Así en esos terrenos de sol, donde el vientecillo soplaba menos, pudo ganar el paso y, ayudado a veces por la espada, desmayó algunos naturales con el honor de los viejos guerreros. Lo mató por derecho, hubo alguna cariñosa petición y paseó la vuelta al ruedo con satisfacción y el anhelo de volver en otoño para decir adiós definitivamente.. Todo el resto de la tarde fue impropia de Madrid. No sólo por los toros de Adolfo -una adolfada, otro petardo que suma tras la apertura de temporada-, sino también por el ambiente de gache inmenso que ha cobrado esta plaza. Terriblemente paleto. Dos horas y tres cuartos de un espectáculo de difícil digestión.. Natural de Ferrera. Antonio Ferrera brindó a Robleño la muerte del primer toro, y escenificó el sentido abrazo en los medios. El toro era para poco brindis, tan cargado de kilos -603- y, sobre todo, tan escaso de raza y poder. Pero Ferrera, que lo lidió extraordinariamente bien, sí estuvo a la altura del homenaje. Tacto y trato en el manejo del mansón, que a izquierdas ni siquiera quiso eso. AF pasó un apuro al pegar con la espada en una banderilla y finalmente lo mató con autoridad.. Precisamente la contundencia de la estocada distinguió a Fernando Robleño con un adolfo tan mentiroso que no se enteró nadie de su sordo peligro. Más que no se desplazara, que también, era cómo se venía por la cadera, sin humillar, radiografiando las femorales con su ojo de tiburón. Una falsa dormidera en su paso, y en su no pasar.. Desplante de EscribanoEfe. Como todo es susceptible de ser empeorado, el tercero fue un cabrón elevado al cubo. Un depredador de violento genio. Enseñó pronto el peligro, y eso, aunque parezca una contradicción, se agradece. Siempre y cuando se valore al torero: Manuel Escribano expuso una barbaridad. Lo que pedía era faena de macheteo, un aliño. No se sintió a la plaza receptiva. Algunos pitos muy injustos para un Escribano heroico. Es difícil descifrar a veces a Madrid. La corrida de Adolfo Martín, cinqueña entera, venía saliendo sin poder. Desrazada, mala y sin empuje. Cuestionada por su presencia.. A Antonio Ferrera no le dejaron ni ponerse con el blando sobrero-buey de Martín Lorca cuando trataba de enjaretarlo al natural bajo los tendidos de sol. Se enfadó y cortó por lo sano ante el impropio cachondeo.El trémulo titular de Adolfo se dañó en el caballo, se encogió de atrás y se echó tras ser devuelto. Hubo que apuntillarlo. Manuel Escribano volvió a pelearlo todo con el revoltoso último, tremendamente meritorio.. MONUMENTAL DE LAS VENTAS. Domingo, 7 de junio de 2025. Última de feria. Lleno de «no hay billetes». Toros de Adolfo; todos cinqueños; de diferentes seriedades, hechuras y remates; y un blando sobrero de Martín Lorca (4º bis); sin poder ni raza, malos; destacó el 5º.. ANTONIO FERRERA, DE BLANCO Y ORO. Estocada atravesada. Aviso (saludos); media baja (silencio);. FERNANDO ROBLEÑO, DE AZUL MARINO Y ORO. Estocada (silencio); estocada casi entera. Aviso (leve petición y saludos).. MANUEL ESCRIBANO, DE VERDE BOTELLA Y ORO. Pinchazo y estocada casi entera baja. Aviso (silencio); estocada pasada. Aviso (saludos).
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