A propósito del nuevo mundo que presenciamos: una propuesta de final alternativo al sitio de Cartagena, en 1741, por parte de la armada británica comandada por el almirante Vernon
En marzo de 1741, el almirante Edward Vernon, durante la guerra “de Jenkins” entre Gran Bretaña y España, inició lo que debería ser un ataque mortal a la dominación española en la Nueva Granada y sobre todo a su influencia y comercio naval en el Caribe.
Vernon llegó a Cartagena con 195 barcos y 30 mil soldados con 2 mil cañones para enfrentarse a cinco barcos españoles y 3 mil hombres, buena parte reclutados para defender la ciudad desde sus fuertes y murallas. Después de más de un mes de batalla, cuando finalmente cayó el Castillo de San Felipe, solo quedó en manos españolas la ciudad amurallada. Pero los británicos habían sufrido bajas de casi 5 mil hombres, 6 barcos hundidos y casi 20 embarcaciones fuertemente dañadas; ya venía la época de lluvias y los ingleses se retiraron, pues querían concentrarse en proteger el norte del Atlántico con el resto de la flota.
En agosto de 1815, Pablo Morillo sitió a Cartagena hasta que por hambre la ciudad cayó sola; y lo hizo estudiando los errores cometidos por Vernon (R. Segovia, 2013).
¿Pero qué le habría sucedido a Colombia si Vernon hubiera triunfado? En nuestro país mantenemos a Blas de Lezo como el gran salvador de la ciudad pero lo hacemos en arranques de euforia nacionalista cuando olvidamos que éramos solo una colonia; cambiar de metrópoli entre Madrid o Londres no era elección nuestra.
Ya en el siglo XVIII España empezaba a perder predominio en Europa; ya la había sobrepasado Holanda como centro financiero, de comercio y conocimiento. Y literalmente “a todo vapor” venía Inglaterra que empezaba a gestar la revolución industrial al ser el primer productor de hierro fundido gracias a tecnologías como el alto horno. El desarrollo en textiles, minería de carbón, finanzas y comercio internacional hizo crecer su economía, lo que le permitió crear los primeros centros urbanos industriales del planeta.
La toma de Cartagena por Inglaterra era parte de una estrategia para lograr un mayor liderazgo en las reclamaciones territoriales en América, interrumpir el comercio español e implantarse en el bastión que había sido la ciudad para los hispanos. De esta manera, Inglaterra podría tener una base de operaciones militares que le permitiera asaltar La Habana y otros fuertes en el Caribe. Es decir, los ingleses no solo planeaban quedarse por algún tiempo en la Nueva Granada, sino para siempre como ocurrió en la mayoría de sus colonias.
La pregunta remanente es, ¿qué le hubiera sucedido a la Nueva Granada si Vernon captura a Cartagena? Lo más probable es que nos hubiéramos convertido en su colonia como en la India; que hubiera habido una gran expansión de su infraestructura férrea, uno de los mayores logros que tiene ese país. Los ingleses igualmente dejaron un sistema jurídico centralizado, además de una organización política que la hace la democracia más grande del mundo. Algunas de estas herencias habrían sido nuestras con este final alternativo.
Es posible que por la conexión con las colonias norteamericanas vía Lawrence Washington (segundo a bordo de Vernon, lo que lo hizo famoso por participar en la ‘toma’ de Cartagena, y además su pariente político), y medio hermano mayor de George Washington -quien lo formó en las artes militares- hubiéramos adquirido nuestra independencia medio siglo más temprano. Si esto hubiera ocurrido, con nuestras élites bien educadas desde el siglo XVII, podríamos habernos adelantado también siglo y medio a la revolución industrial que nos llegó bien entrado el siglo XX.
En estos tiempos en que se vuelve a pensar en imperios confrontados, dejar volar la imaginación no es un mal hábito; esto nos permitiría analizar mejor, si hay un estudio concienzudo, de cómo manejar las relaciones internacionales y comerciales en el nuevo mundo que estamos presenciando.
EL PAÍS
En marzo de 1741, el almirante Edward Vernon, durante la guerra “de Jenkins” entre Gran Bretaña y España, inició lo que debería ser un ataque mortal a la dominación española en la Nueva Granada y sobre todo a su influencia y comercio naval en el Caribe.. Vernon llegó a Cartagena con 195 barcos y 30 mil soldados con 2 mil cañones para enfrentarse a cinco barcos españoles y 3 mil hombres, buena parte reclutados para defender la ciudad desde sus fuertes y murallas. Después de más de un mes de batalla, cuando finalmente cayó el Castillo de San Felipe, solo quedó en manos españolas la ciudad amurallada. Pero los británicos habían sufrido bajas de casi 5 mil hombres, 6 barcos hundidos y casi 20 embarcaciones fuertemente dañadas; ya venía la época de lluvias y los ingleses se retiraron, pues querían concentrarse en proteger el norte del Atlántico con el resto de la flota.. En agosto de 1815, Pablo Morillo sitió a Cartagena hasta que por hambre la ciudad cayó sola; y lo hizo estudiando los errores cometidos por Vernon (R. Segovia, 2013).. ¿Pero qué le habría sucedido a Colombia si Vernon hubiera triunfado? En nuestro país mantenemos a Blas de Lezo como el gran salvador de la ciudad pero lo hacemos en arranques de euforia nacionalista cuando olvidamos que éramos solo una colonia; cambiar de metrópoli entre Madrid o Londres no era elección nuestra.. Ya en el siglo XVIII España empezaba a perder predominio en Europa; ya la había sobrepasado Holanda como centro financiero, de comercio y conocimiento. Y literalmente “a todo vapor” venía Inglaterra que empezaba a gestar la revolución industrial al ser el primer productor de hierro fundido gracias a tecnologías como el alto horno. El desarrollo en textiles, minería de carbón, finanzas y comercio internacional hizo crecer su economía, lo que le permitió crear los primeros centros urbanos industriales del planeta.. La toma de Cartagena por Inglaterra era parte de una estrategia para lograr un mayor liderazgo en las reclamaciones territoriales en América, interrumpir el comercio español e implantarse en el bastión que había sido la ciudad para los hispanos. De esta manera, Inglaterra podría tener una base de operaciones militares que le permitiera asaltar La Habana y otros fuertes en el Caribe. Es decir, los ingleses no solo planeaban quedarse por algún tiempo en la Nueva Granada, sino para siempre como ocurrió en la mayoría de sus colonias.. La pregunta remanente es, ¿qué le hubiera sucedido a la Nueva Granada si Vernon captura a Cartagena? Lo más probable es que nos hubiéramos convertido en su colonia como en la India; que hubiera habido una gran expansión de su infraestructura férrea, uno de los mayores logros que tiene ese país. Los ingleses igualmente dejaron un sistema jurídico centralizado, además de una organización política que la hace la democracia más grande del mundo. Algunas de estas herencias habrían sido nuestras con este final alternativo.. Es posible que por la conexión con las colonias norteamericanas vía Lawrence Washington (segundo a bordo de Vernon, lo que lo hizo famoso por participar en la ‘toma’ de Cartagena, y además su pariente político), y medio hermano mayor de George Washington -quien lo formó en las artes militares- hubiéramos adquirido nuestra independencia medio siglo más temprano. Si esto hubiera ocurrido, con nuestras élites bien educadas desde el siglo XVII, podríamos habernos adelantado también siglo y medio a la revolución industrial que nos llegó bien entrado el siglo XX.. En estos tiempos en que se vuelve a pensar en imperios confrontados, dejar volar la imaginación no es un mal hábito; esto nos permitiría analizar mejor, si hay un estudio concienzudo, de cómo manejar las relaciones internacionales y comerciales en el nuevo mundo que estamos presenciando.. Seguir leyendo