“Pues me das una alegría”, confiesa por teléfono la mañana de este martes el reputado meteorólogo Ángel Rivera, al conocer por EL PAÍS que su palabra dana (acrónimo de depresión aislada en niveles altos, un embolsamiento de aire en capas altas de la atmósfera conocido popularmente como gota fría) acaba de entrar en el Diccionario de la lengua española junto con espóiler, sérum, teletrabajar y tabulé, entre otros términos. Inmediatamente después, Rivera pregunta si la Real Academia Española (RAE) “ha aceptado dana en minúscula” y la respuesta, felizmente, es sí. “Perfecto, así, perfecto. Lo importante es que lo escribamos en minúscula como frente frío o borrasca, porque, si va en mayúscula, se puede confundir con un nombre propio y no lo es, es un fenómeno en la jerga meteorológica”, aplaude Rivera. Acto seguido, el veterano experto, que fue jefe de predicción de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) y su portavoz a lo largo de 38 años de servicio público antes de jubilarle en 2012, se matiza a sí mismo: “Es una alegría, pero relativa, porque siento dentro mucho pesar de que un término limpio, blanco, técnico, objetivo, se haya acabado asociando desgraciadamente con una terrible catástrofe que ha dejado más de 200 muertos”.. Seguir leyendo
“Se me ocurrió dana como homenaje al apellido del histórico maestro de predictores Francisco García Dana”, rememora Ángel Rivera sobre el nacimiento de un término que no tiene ni 40 años de vida
“Pues me das una alegría”, confiesa por teléfono la mañana de este martes el reputado meteorólogo Ángel Rivera, al conocer por EL PAÍS que su palabra dana (acrónimo de depresión aislada en niveles altos, un embolsamiento de aire en capas altas de la atmósfera conocido popularmente como gota fría) acaba de entrar en el Diccionario de la lengua española junto con espóiler, sérum, teletrabajar y tabulé, entre otros términos. Inmediatamente después, Rivera pregunta si la Real Academia Española (RAE) “ha aceptado dana en minúscula” y la respuesta, felizmente, es sí. “Perfecto, así, perfecto. Lo importante es que lo escribamos en minúscula como frente frío o borrasca, porque, si va en mayúscula, se puede confundir con un nombre propio y no lo es, es un fenómeno en la jerga meteorológica”, aplaude Rivera.. Acto seguido, este veterano experto, que fue jefe de predicción de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) y su portavoz a lo largo de 38 años de servicio público antes de jubilarle en 2012, se matiza a sí mismo: “Es una alegría, pero relativa, porque siento dentro mucho pesar dentro de mí de que un término limpio, blanco, técnico, objetivo, se haya acabado asociando desgraciadamente con una terrible catástrofe que ha dejado más de 200 muertos”.. Más información. Las palabras espóiler, dana, sérum, teletrabajar y tabulé entran en el ‘Diccionario de la lengua española’. Preguntado sobre qué opina de la definición que hace la RAE del vocablo ―“La depresión en niveles altos de la atmósfera que se mueve de forma independiente y puede producir grandes perturbaciones con precipitaciones muy intensas”―, no le gusta demasiado la coletilla de que “se mueve de forma independiente”. “No es una barbaridad, pero no es exactamente así, ya que es independiente de la circulación principal, pero sí tiene conexión con otras corrientes secundarias de la atmósfera de menos importancia, de hecho se mueve por dicha conexión”.. “Lo que ocurre es que, en la época en la que la bautizamos, no teníamos los satélites que hay ahora ni casi herramientas, así que parecía totalmente separada, pero ahora sabemos que no es así”. Rivera, que no ha sido consultado a la hora de trazar esta definición, describe dana como un fenómeno que se produce cuando “se estrangula un meandro muy profundo del chorro polar o corriente general en altura”. Tampoco consta que la RAE haya recurrido a los expertos de la Aemet para acotar una palabra ya aceptada por la Fundéu en 2023.. Cuesta creer que la hoy omnipresente dana, que se encuentra entre lo más buscado en Google en 2024, no tenga ni 40 años de vida. Cuenta el experto que el término surgió en el seno del antiguo Instituto Nacional de Meteorología (INM, después Aemet) a finales de los años ochenta, aunque no recuerda la fecha exacta, cuando buscaban acabar con el uso y abuso de la expresión “gota fría”, que no les gustaba nada. Gota fría es una traducción del alemán Kaltlufttropfen que fue introducida por los meteorólogos en España en los años cuarenta y “popularizada en los cincuenta por Mariano Medida en televisión”.. El problema es que desentonaba en los artículos científicos al no ser una palabra técnica y que se había pervertido su uso. “Medina había utilizado muy correctamente gota fría, pero el término caló hasta tal punto que, a partir de la pantanada de Tous de 1982, se estaba llamando gota fría a cualquier lluvia torrencial o inundación y no todas las lluvias torrenciales están causadas por una dana ni una dana implica necesariamente lluvias torrenciales, aunque su presencia sea un factor muy importante para desencadenarlas”, explica el experto.. Dándole vueltas al concepto y al término en inglés, cutt-off low (depresión separada o cortada), optaron en español por el calificativo aislada y se dieron cuenta de que podía funcionar dana como acrónimo añadiendo “un matiz importante” a la expresión inglesa, “en niveles altos de la atmósfera”, con la gran fortuna de que aquella palabreja coincidía con el apellido de Francisco García Dana, jefe del Centro de Análisis y de Predicción del INM que “había fallecido dos o tres años antes”, en concreto en 1984 a los 60 años. “Se me ocurrió dana como homenaje al apellido de este histórico maestro de predictores, que había sido mi mentor y el segundo de abordo de Mariano Medina”, rememora Rivera.. No estaba solo en aquellas deliberaciones. “Éramos un grupo reducido de cinco o seis personas, entre ellos Paco Martín y Ricardo Riosalido. Barajamos distintas posibilidades y nos gustaba dana. Fue en un momento algo posterior cuando nos dimos cuenta de que, de paso, era un recuerdo a un excelente meteorólogo”, añade Rivera. Lo más gracioso de la historia es que el padre de la dana, a la sazón uno de los fenómenos más complejos de predecir, no confiaba en sus posibilidades de cuajar entre el público y los medios de comunicación: “La verdad, pensé que no iba a hacer fortuna”.. En la Aemet también se celebra que la RAE haya dado carta de naturaleza al término. “Nos parece bien que haya entrado dana en la RAE, ya que su uso es cada vez más habitual y el diccionario a lo que se dedica, precisamente, es a recoger términos comunes”, comenta Rubén del Campo, sucesor de Rivera al frente de la portavocía de la Aemet.. En cuanto a la definición, les parece un acierto, ya que “deja claro que una dana es un fenómeno atmosférico y lo distingue de los efectos que produce”. “Es decir: la dana es la causa (o una de las causas) de las lluvias torrenciales (posible efecto), aunque no siempre que llega una dana tienen lugar esas lluvias intensas. De hecho, para que se produzcan, además de la presencia de una dana, se necesitan otros ingredientes. Y no siempre que hay lluvias torrenciales hay una dana presente”, subraya Del Campo.. Babelia. Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal. Recíbelo
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