eso dice poca cosa:. nada de ardimiento alguno:. nada de imperativo críptico:. nada de astucias:. lo cierto es que uno se pone a ver:. soy un cuerpo. que acaba de dar setenta vueltas alrededor del sol:. soy una espalda. con más de veinticinco mil rotaciones en su haber:. vueltas y vueltas en espira:. entregarme a la matriz silente del espacio. desde la boca impía del tiempo:. todo con los pies sobre la Tierra:. todo sin alas. ni carruajes siderales:. todo en clave sublunar:. con mirada ascendente:. en pulsión de envidia inútil. de algún leve Faetón. en ejercicio de auriga loco. desbocado en caballada de astro-rey. excedida en fuego trágico. pero al menos antídoto. de hastíos y monotonías:. mucho lustro en raíz de vísceras:. mucha dentellada de las Horas. con impresión de cosa ínfima. puestos a ver la vastedad del firmamento:. las brasas de luz. sin agotamiento a la vista. en medio de un plácido rumor de esferas:. tanto calor dilapidado en uno:. radiaciones a pasto. y en empeño de prender el nervio óptico:. tanto pálpito en rotación:. en entrevero impúdico. de mundo-carne-diablos. a cuenta del placer. de lo que pasa dúctil. por el vano de la vena en gozo:. hasta en medio del baile aparatoso. de un gran dios. sin más escenario. que el puro sol bajo el sol:. todo helicoidal:. todo en circunvalación de carrusel:. todo en vórtice de tiovivo:. en desprendimiento de humus y humo. abandonado en una baja lejanía:. con presencia de nudos de culebras. en familiaridad de lombrices. y lo vocado a miasma:. ese bucle (anti)lustral. también se retuerce. en el angelus novus personal:. ese rizo también se tergiversa. en la (retro)mirada del abismo propio:. rayo ahora casi ciego. en la noche oscura sin alma:. sin sentimiento de instante. ni profusión de manos. en el seno albo del amanecer:. cierto que hay. en ese nublo esquivo. harto capital de semen. en trance de marfil otrora derramado. y aun en faceta. de promesa poco pertinente:. abundante baba seca. a modo de palabras fijas ya. en la savia yerta de árboles. ausentes de la vida:. lo que se ve en uno ahora. es la inminencia de un atardecer lánguido. abandonado por soles ya vividos. y sin aire de retorno. a la vista de ojo y ánimo:. lo que se otea desde aquí. es la inmanencia de sombras. a la espera de su ocasión. calma y sin calva:. acaso brote de estro. en admiración de exiguos astros:. moneda de poca monta. como todo lo dinerario. en lo hondo:. si acaso aleteos espasmódicos. en perspectiva de confín en bruma:. setenta años de polvo enamorado:. catorce lustros de ceniza postergada:. (con todo) se dice pronto. se dice pronto (con nada). [A Tania Favela. y Juan Alcántara]. Josu Landa. Caracas, Venezuela, 1953. Filósofo, ensayista y poeta, profesor en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM y miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte. Entre sus libros cabe destacar Treno a la mujer que se fue con el tiempo (1996), Estros (2003) y Anafábulas (2014) y La balada de Cioran y otras exhalaciones (2016), así como los ensayos de Tanteos (2009), Canon City (2010), Maquiavelo: las trampas del poder (2014) y Teoría del caníbal exquisito (2019).
Inéditos archivos • Periódico de Poesía
lo que se ve en uno ahora/ es la inminencia de un atardecer lánguido/ abandonado por soles ya vividos/ y sin aire de retorno/ a la vista de ojo y ánimo:// lo que se otea desde aquí/ es la inmanencia de sombras/ a la espera de su ocasión // calma y sin calva La entrada ardite se publicó primero en Periódico de Poesía.
lo que se ve en uno ahora/ es la inminencia de un atardecer lánguido/ abandonado por soles ya vividos/ y sin aire de retorno/ a la vista de ojo y ánimo:// lo que se otea desde aquí/ es la inmanencia de sombras/ a la espera de su ocasión // calma y sin calva La entrada ardite se publicó primero en Periódico de Poesía.