«La diversidad de ideas y creatividad de las escritoras es amplia e inspiradora […]. Estas novelas ambiciosas, honestas e imaginativas nos invitan a viajes emocionales». Así describió Louise Michin, presidenta del jurado, a las finalistas del Women’s Prize for Fiction, uno de los galardones literarios más prestigiosos del mundo, a principios de esta década.. Desde 2021, varias de las finalistas han sido autoras debutantes en narrativa. En 2024, Corina Oproae (Transilvania, Rumania, 51 años) obtuvo el XX Premio Tusquets de Novela por La casa limón; el mismo año, Clara Morales fue galardonada con el Premio Almudena Grandes de las librerías de Madrid y con el premio en la categoría de relato de Todos Tus Libros por su debut Ya casi no me acuerdo (Tránsito).. De la misma editorial, en Animales pequeños Mercedes Duque se adentra en la noche londinenses, en sus sombras y sus luces, y reflexiona sobre las toxicidades en la amistad en un coming-of-age con una trama vibrante y un estilo cuidado. Sin embargo, en un sector cada vez más segmentado y digitalizado, publicar una primera novela es complicado. En España se publican unos 80.000 libros al año, una cifra considerablemente alta en comparación con otros mercados, como el francés, donde el número de lectores es mayor. En este contexto, las editoriales grandes lanzan un volumen elevado de títulos, dificultando aún más la visibilidad de nuevas voces.. El auge de los talleres de escritura, donde predominan las mujeres, ha incrementado la recepción de manuscritos, reduciendo las posibilidades de que sean considerados y leídos. La editorial Barrett, responsable de Panza de burro, de Andrea Abreu, recibe aproximadamente cien manuscritos al mes. «Una auténtica locura», explica Belén García, parte del proyecto. «Imagino que muchas editoriales están en la misma situación».. «Todo comenzó con un primer manuscrito muy experimental, ese manual de gimnasia. En mi inocencia, me atreví a enviarlo a las direcciones genéricas de varias editoriales. Ante la falta de respuestas, revisé aquella prueba y la tiré. Después empecé de nuevo y no envié nada hasta estar muy segura de que aquello era lo que necesitaba escribir. Tenía tanto miedo al rechazo que no mandé ese nuevo manuscrito a ninguna editorial. Me daba pavor el no», explica Stefanía Caro (Pamplona, 1981), autora de Pómulo y lejanía, debut literario publicado en Consonni.. A esta editorial, los textos llegan por distintas vías. «Contamos con un grupo asesor extenso y, a veces, encontramos joyas a través de agencias. Apoyamos lenguas minorizadas, por lo que traducimos idiomas cooficiales. Buscamos textos que nos hagan pensar, que nos alimenten y emocionen. Publicamos autoras noveles, pero también voces olvidadas y descatalogadas», explica María Mur, directora del sello.. Desde su nacimiento en 2018, Tránsito ha publicado cincuenta títulos, doce de ellos debuts narrativos, incluyendo El hielo de los suyos, de Montse Sánchez, que sale en marzo. Aunque su catálogo es ecléctico, emergen coincidencias. «Hemos tenido varios debuts que tildaría de explosivos, como si las autoras hubiesen estado cocinando a fuego lento temas e ideas que, de pronto, erupcionan. Es el caso de Carnada, Esta herida llena de peces o Solo quería bailar. También noto un ansia de cuidado del texto, una precisión en cada palabra, un deseo de revisar y pulir», señala Sol Salama, editora y fundadora de Tránsito. «Buscamos historias novedosas y en los márgenes, con un cierto tipo de sensibilidad y mensajes poderosos».. Los textos se trabajan y revisan junto a las autoras. Una de las joyas narrativas de 2025 es Han cantado bingo (Reservoir Books), de la ilustradora Lana Corujo (Lanzarote, 1995). «Berta Pagès (editora de Reservoir Books, Penguin Random House Grupo Editorial) me ayudó a enfrentarme al miedo. La estructura de la historia exigía un proceso de escritura limpio y ordenado, todo lo contrario a lo que soy. Llené la pared de post-its de colores. La estructura debía ser sólida, incluso con sus huecos y silencios, que también forman parte de la narración. Escribía y ordenaba constantemente», cuenta Corujo. «También debo agradecer a Alejandro Marín su acompañamiento. Poder conversar sobre la historia fue esencial. Necesitaba que no existiera solo para mí, porque mi mente está llena de trampas. Hablar en voz alta me ayudó a configurar la novela».. Hay mucho de memoria íntima y exploración social en Ama de casa (Lumen) de Maria Roig y Las cosas que nos pasan (Plaza & Janés) de Guada Guerra. Roig se centra en un barrio barcelonés marcado por la precariedad y el derrumbe literal y metafórico de un hogar. Con una prosa que recuerda a la de Marta Sanz o Elisa Victoria, explora la infancia, la identidad de clase y la fragilidad familiar. En Las cosas que nos pasan, Guerra ofrece un retrato generacional de la precariedad millennial y los vínculos afectivos a través de un grupo de amigas que lidian con la adultez, el amor, la maternidad y la incertidumbre. Ambos enfoques oscilan entre la memoria íntima y la exploración social.. Después de que Jack Kerouac publicase su primera novela, La ciudad pequeña, la gran ciudad, era un desconocido. La táctica de Sterling Lord, su agente que quiso convertirlo en la voz de su generación, para promocionarlo antes de que publicase su segundo libro cuajó: desde 1953 a 1957, explotó sus contactos para publicarlo en revistas como The Paris Review o New World Writing. Por aquellos entonces, una estrategia innovadora.. La saturación de los medios de comunicación actuales dificulta que los lanzamientos alcancen a un público amplio. De ahí, que los publicistas reconozcan que gran parte del éxito depende de lograr visibilidad mediante diferentes plataformas: librerías, clubes de lectura, redes sociales, podcasts… Lo que puede agotar al creador.. El esfuerzo de marketing y comunicación es mayor. «Aunque el esfuerzo de marketing es mayor con un autor novel, siempre hay un público interesado en leer voces nuevas», confirma Salama. Aunque alargar la vida de estos debuts no es fácil, obras como Panza de burro (Barrett) y Esta herida llena de peces (Tránsito), de la colombiana Lorena Salazar, siguen fascinando. «Lo notamos en los clubes de lectura y en redes sociales», afirma Salama.. Las redes, sin embargo, fuerzan a las autoras a la exposición constante. Sally Rooney (County Mayo, 33 años), célebre por Gente normal e Intermezzo (Random House), ha denunciado este desgaste emocional en el pódcast The Daily: «El nivel de hipervisibilidad que se concede a las mujeres jóvenes es enorme. Reconozco que ese interés en escritoras de mi edad me beneficia, pero también reconozco los problemas que conlleva».. Como señala Kyle Chayka en Filterworld: How Algorithms Flattened Culture, muchos creadores se ven obligados a comportarse como influencers. En este escenario, la imagen pública de las autoras se vuelve tan importante como su obra, y alimentar el personaje online roba tiempo a la escritura.. Cada dos años, Penguin Random House elige a un editor para su sello Caballo de Troya. Gabriela Wiener (Lima, 1975) ha tomado las riendas y lo ha transformado en Yegua de Troya, un espacio para «potrancas rabiosas de alocadas crines. En 2025 y 2026, buscaremos fortalecer los vínculos comunitarios con una propuesta que celebra las nuevas escrituras del sur, las migrantes y las queer», explicó Wiener durante la presentación de Mientras dormías, cantabas, de Pino Luna (Santiago de Chile, 1990), su primer lanzamiento como editora. La obra explora la enfermedad, el duelo y el abandono en la noche de Año Nuevo.
En España se publican al año unos 80.000 títulos.
«La diversidad de ideas y creatividad de las escritoras es amplia e inspiradora […]. Estas novelas ambiciosas, honestas e imaginativas nos invitan a viajes emocionales». Así describió Louise Michin, presidenta del jurado, a las finalistas del Women’s Prize for Fiction, uno de los galardones literarios más prestigiosos del mundo, a principios de esta década.. Portada de la novela ganadora del premio Tusquets, ‘La casa limón’.CEDIDA. Desde 2021, varias de las finalistas han sido autoras debutantes en narrativa. En 2024, Corina Oproae (Transilvania, Rumania, 51 años) obtuvo el XX Premio Tusquets de Novela por La casa limón; el mismo año, Clara Morales fue galardonada con el Premio Almudena Grandes de las librerías de Madrid y con el premio en la categoría de relato de Todos Tus Libros por su debut Ya casi no me acuerdo (Tránsito).. De la misma editorial, en Animales pequeños Mercedes Duque se adentra en la noche londinenses, en sus sombras y sus luces, y reflexiona sobre las toxicidades en la amistad en un coming-of-age con una trama vibrante y un estilo cuidado. Mercedes Duque.CEDIDA. ‘Animales pequeños’, de Tusquets.CEDIDA. Sin embargo, en un sector cada vez más segmentado y digitalizado, publicar una primera novela es complicado. En España se publican unos 80.000 libros al año, una cifra considerablemente alta en comparación con otros mercados, como el francés, donde el número de lectores es mayor. En este contexto, las editoriales grandes lanzan un volumen elevado de títulos, dificultando aún más la visibilidad de nuevas voces.. Stefanía CaroCEDIDA. `Pómulo y lejanía’ está editado por Consonni.CEDIDA. El auge de los talleres de escritura, donde predominan las mujeres, ha incrementado la recepción de manuscritos, reduciendo las posibilidades de que sean considerados y leídos. La editorial Barrett, responsable de Panza de burro, de Andrea Abreu, recibe aproximadamente cien manuscritos al mes. «Una auténtica locura», explica Belén García, parte del proyecto. «Imagino que muchas editoriales están en la misma situación».. «Todo comenzó con un primer manuscrito muy experimental, ese manual de gimnasia. En mi inocencia, me atreví a enviarlo a las direcciones genéricas de varias editoriales. Ante la falta de respuestas, revisé aquella prueba y la tiré. Después empecé de nuevo y no envié nada hasta estar muy segura de que aquello era lo que necesitaba escribir. Tenía tanto miedo al rechazo que no mandé ese nuevo manuscrito a ninguna editorial. Me daba pavor el no», explica Stefanía Caro (Pamplona, 1981), autora de Pómulo y lejanía, debut literario publicado en Consonni.. María Roig.CEDIDA. A esta editorial, los textos llegan por distintas vías. «Contamos con un grupo asesor extenso y, a veces, encontramos joyas a través de agencias. Apoyamos lenguas minorizadas, por lo que traducimos idiomas cooficiales. Buscamos textos que nos hagan pensar, que nos alimenten y emocionen. Publicamos autoras noveles, pero también voces olvidadas y descatalogadas», explica María Mur, directora del sello.. Desde su nacimiento en 2018, Tránsito ha publicado cincuenta títulos, doce de ellos debuts narrativos, incluyendo El hielo de los suyos, de Montse Sánchez, que sale en marzo. Aunque su catálogo es ecléctico, emergen coincidencias. «Hemos tenido varios debuts que tildaría de explosivos, como si las autoras hubiesen estado cocinando a fuego lento temas e ideas que, de pronto, erupcionan. Es el caso de Carnada, Esta herida llena de peces o Solo quería bailar. También noto un ansia de cuidado del texto, una precisión en cada palabra, un deseo de revisar y pulir», señala Sol Salama, editora y fundadora de Tránsito. «Buscamos historias novedosas y en los márgenes, con un cierto tipo de sensibilidad y mensajes poderosos».. ‘Ama de casa’CEDIDA. Los textos se trabajan y revisan junto a las autoras. Una de las joyas narrativas de 2025 es Han cantado bingo (Reservoir Books), de la ilustradora Lana Corujo (Lanzarote, 1995). «Berta Pagès (editora de Reservoir Books, Penguin Random House Grupo Editorial) me ayudó a enfrentarme al miedo. La estructura de la historia exigía un proceso de escritura limpio y ordenado, todo lo contrario a lo que soy. Llené la pared de post-its de colores. La estructura debía ser sólida, incluso con sus huecos y silencios, que también forman parte de la narración. Escribía y ordenaba constantemente», cuenta Corujo. «También debo agradecer a Alejandro Marín su acompañamiento. Poder conversar sobre la historia fue esencial. Necesitaba que no existiera solo para mí, porque mi mente está llena de trampas. Hablar en voz alta me ayudó a configurar la novela».. Guada Guerra debuta con ‘Las cosas que nos pasan’.CEDIDA. Hay mucho de memoria íntima y exploración social en Ama de casa (Lumen) de Maria Roig y Las cosas que nos pasan (Plaza & Janés) de Guada Guerra. Roig se centra en un barrio barcelonés marcado por la precariedad y el derrumbe literal y metafórico de un hogar. Con una prosa que recuerda a la de Marta Sanz o Elisa Victoria, explora la infancia, la identidad de clase y la fragilidad familiar. En Las cosas que nos pasan, Guerra ofrece un retrato generacional de la precariedad millennial y los vínculos afectivos a través de un grupo de amigas que lidian con la adultez, el amor, la maternidad y la incertidumbre. Ambos enfoques oscilan entre la memoria íntima y la exploración social.. Después de que Jack Kerouac publicase su primera novela, La ciudad pequeña, la gran ciudad, era un desconocido. La táctica de Sterling Lord, su agente que quiso convertirlo en la voz de su generación, para promocionarlo antes de que publicase su segundo libro cuajó: desde 1953 a 1957, explotó sus contactos para publicarlo en revistas como The Paris Review o New World Writing. Por aquellos entonces, una estrategia innovadora.. ‘Las cosas que nos pasan’CEDIDA. La saturación de los medios de comunicación actuales dificulta que los lanzamientos alcancen a un público amplio. De ahí, que los publicistas reconozcan que gran parte del éxito depende de lograr visibilidad mediante diferentes plataformas: librerías, clubes de lectura, redes sociales, podcasts… Lo que puede agotar al creador.. El esfuerzo de marketing y comunicación es mayor. «Aunque el esfuerzo de marketing es mayor con un autor novel, siempre hay un público interesado en leer voces nuevas», confirma Salama. Aunque alargar la vida de estos debuts no es fácil, obras como Panza de burro (Barrett) y Esta herida llena de peces (Tránsito), de la colombiana Lorena Salazar, siguen fascinando. «Lo notamos en los clubes de lectura y en redes sociales», afirma Salama.. Las redes, sin embargo, fuerzan a las autoras a la exposición constante. Sally Rooney (County Mayo, 33 años), célebre por Gente normal e Intermezzo (Random House), ha denunciado este desgaste emocional en el pódcast The Daily: «El nivel de hipervisibilidad que se concede a las mujeres jóvenes es enorme. Reconozco que ese interés en escritoras de mi edad me beneficia, pero también reconozco los problemas que conlleva».. Lana Corujo.Libros. Como señala Kyle Chayka en Filterworld: How Algorithms Flattened Culture, muchos creadores se ven obligados a comportarse como influencers. En este escenario, la imagen pública de las autoras se vuelve tan importante como su obra, y alimentar el personaje online roba tiempo a la escritura.. Cada dos años, Penguin Random House elige a un editor para su sello Caballo de Troya. Gabriela Wiener (Lima, 1975) ha tomado las riendas y lo ha transformado en Yegua de Troya, un espacio para «potrancas rabiosas de alocadas crines. En 2025 y 2026, buscaremos fortalecer los vínculos comunitarios con una propuesta que celebra las nuevas escrituras del sur, las migrantes y las queer», explicó Wiener durante la presentación de Mientras dormías, cantabas, de Pino Luna (Santiago de Chile, 1990), su primer lanzamiento como editora. La obra explora la enfermedad, el duelo y el abandono en la noche de Año Nuevo.. ‘Han cantado bingo’.CEDIDA