Tal vez fue porque la casa era bastante amplia y requería una renovación, o porque el terreno era amplio y se presumía que necesitaba bastante esfuerzo, o porque el diseño de su planta irregular resultaba ser un completo enredo geométrico, o quizás por una mezcla de todas estas razones. El problema es que, a lo largo de los años, nadie se animaba a adquirir esta vivienda. Diogo D’Olivo (de Curitiba, Brasil, con 42 años) e Isabela Martins (de Londrina, Brasil, con 38 años) habían estado interesados el uno en el otro durante un tiempo. Residiendo en un departamento en el área de Sant Antoni de Barcelona, comenzaron a considerar dejar la ciudad con la llegada de su hija. Para experimentar, decidieron mudarse a L’Ametlla del Vallès, donde se hallaba esta casa. Ya habían notado que estaba en venta, pero en ese instante no se sintieron lo suficientemente valientes como para visitarla. Tres años después de darse cuenta de que vivir fuera de la ciudad les resultaba favorable, la casa todavía estaba en el mercado. La visitaron. Su curioso diseño geométrico y las alusiones a las casas de verano de la arquitectura catalana del siglo XX les resultaban intrigantes. Se enteraron de que, en realidad, había sido la vivienda vacacional de una familia grande.
La firma de arquitectura Twobo ha dado una nueva interpretación al singular estilo geométrico de esta vivienda, que fue creada por Lluís Gelpí Vintró en 1971. Han utilizado las formas del proyecto original, pero las han dispuesto de manera distinta, similar a un juego de tangram.
Tal vez se debía a que la casa era bastante amplia y requería una remodelación, o que el terreno era amplio y claramente necesitaba mucho esfuerzo, o quizás a que la forma de su planta irregular era completamente caótica desde el punto de vista geométrico, o quizás por una mezcla de todos estos factores. El problema es que, durante mucho tiempo, nadie se animaba a adquirir esta vivienda. Diogo D’Olivo, de 42 años y originario de Curitiba, Brasil, e Isabela Martins, de 38 años y de Londrina, Brasil, habían estado interesados el uno en el otro durante un tiempo. Residían en un apartamento en la zona de Sant Antoni en Barcelona, pero con el nacimiento de su hija comenzaron a considerar la idea de dejar la ciudad. Para experimentar, decidieron mudarse a L’Ametlla del Vallès, donde estaba ubicada esta casa. Habían notado que estaba en venta, pero en ese momento no se sintieron lo suficientemente seguros como para visitarla. Tres años después de darse cuenta de que vivir fuera de la ciudad les beneficiaba, la casa continuaba en el mercado. La visitaron. Su curioso diseño geométrico y las alusiones a las casas de verano de la arquitectura catalana del siglo XX les resultaban intrigantes. Se enteraron de que, en realidad, había sido la vivienda vacacional de una familia grande.
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