A Julián Maeso nunca le ha gustado que le vean como un erudito musical, como una especie de ratón de biblioteca sonora que está fuera de la realidad y que no hace por conectar con el público. Normal: como tantos músicos, su amor por las canciones es tan grande que, también como tantos músicos, estaría deseando llegar a mucho público. Porque, si con una canción puedes hacer mover el esqueleto a una persona, nunca será mala noticia que con la misma canción lo muevan diez. Lo importante es conectar.. A veces, me pregunto en qué país vivimos musical y culturalmente cuando un tipo como Julián Maeso no triunfa, o ni tan siquiera puede tener una estabilidad en su oficio de componer y tocar canciones. Un país que tiene a Maeso como un superviviente en la sombra, sin poder desarrollar fácilmente sus proyectos ni consolidar su carrera, es quizá un país que adolece de algo importante.. Maeso es un portentoso organista, un músico tremendamente talentoso, que siempre ha seguido la estela de la música de raíces norteamericana. Jazz, soul, funk o rock confluyen en su música para alcanzar un sonido sólido, trepidante y emocionante. Lo demostró en discos como Dreams Are Gone o Somewhere Somehow, trabajos en los que se sentía la fuerza de un caudal repleto de pundonor sonoro.. Ahora, tras su estupendo proyecto conjunto llamado Combo Paradiso (junto a Adrián Costa, Alberto Anaut y Juan Zelada), regresa con un nuevo disco, Healing Gang, una obra compuesta de nueve canciones y cuatro tomas alternativas de canciones ya editadas anteriormente. Se trata de un álbum arrollador repleto de colaboraciones de primer nivel, tanto en el plano nacional con la presencia de Nina, de Morgan, Anaut, Aurora García y Maika Makovski, como en el internacional con Aurora Neeland, Noel McKay, Gina Leslie y Sabine MC Calla, todos ellos músicos de la escena de Nueva Orleans, que en los últimos años han sido reivindicados por el HolaNola Fest-Lab, el festival español de autores contemporáneos de Nueva Orleans.. De Healing Gang impacta por su destreza estilística mientras Maeso, con su voz suavemente vibrante, se despliega como un pura sangre capaz de sonar contundente a lo The Black Crowes en Walk Up Call, a toques de medio tiempo soulero de Nueva Orleans con aires reggae en Lights of Hope II junto a Martha High, a modo John Hiatt soulero en The Truth Became a Lie o a filigrana jazzística folkie en It’s rainning junto Aurora Needland. En definitiva, una maravilla, como cocinada en el alma misma de Estados Unidos, para abrirse paso en muchas direcciones sin estilo definido, como la mejor música.. Ante la falta de éxito o, al menos, mayor visibilidad mediática y aprecio de un púbico más mayoritario, el organista siempre ha defendido que el problema no lo tienen sus gustos, sino cómo en este país siempre se ha tendido hacia propuestas más orientadas a un oído más fácil, menos clásicas y de raíces, donde prima una simplificación por el indie masivo festivalero así como por la electrónica y R’n’B moderno. Maeso no se sitúa en ningún territorio que no sea su propia visión de la música trayendo a la memoria en su coctelera particular a Leon Russell, Al Kooper, Steve Winwood, Steve Wonder, Allen Toussaint o The Band.. El organista toca hoy en Madrid, donde presentará en Club Malasaña a partir de las 20:00 horas su disco, Healing Gang. Una oportunidad perfecta para degustar a este auténtico forajido de la música española que acaba de grabar un álbum sobresaliente, como pocos se pueden escuchar en un país no preparado para la calidad de este portento.. Seguir leyendo
A Julián Maeso nunca le ha gustado que le vean como un erudito musical, como una especie de ratón de biblioteca sonora que está fuera de la realidad y que no hace por conectar con el público. Normal: como tantos músicos, su amor por las canciones es tan grande que, también como tantos músicos, estaría deseando llegar a mucho público. Porque, si con una canción puedes hacer mover el esqueleto a una persona, nunca será mala noticia que con la misma canción lo muevan diez. Lo importante es conectar. A veces, me pregunto en qué país vivimos musical y culturalmente cuando un tipo como Julián Maeso no triunfa, o ni tan siquiera puede tener una estabilidad en su oficio de componer y tocar canciones. Un país que tiene a Maeso como un superviviente en la sombra, sin poder desarrollar fácilmente sus proyectos ni consolidar su carrera, es quizá un país que adolece de algo importante. Maeso es un portentoso organista, un músico tremendamente talentoso, que siempre ha seguido la estela de la música de raíces norteamericana. Jazz, soul, funk o rock confluyen en su música para alcanzar un sonido sólido, trepidante y emocionante. Lo demostró en discos como Dreams Are Gone o Somewhere Somehow, trabajos en los que se sentía la fuerza de un caudal repleto de pundonor sonoro. Ahora, tras su estupendo proyecto conjunto llamado Combo Paradiso (junto a Adrián Costa, Alberto Anaut y Juan Zelada), regresa con un nuevo disco, Healing Gang, una obra compuesta de nueve canciones y cuatro tomas alternativas de canciones ya editadas anteriormente. Se trata de un álbum arrollador repleto de colaboraciones de primer nivel, tanto en el plano nacional con la presencia de Nina, de Morgan, Anaut, Aurora García y Maika Makovski, como en el internacional con Aurora Neeland, Noel McKay, Gina Leslie y Sabine MC Calla, todos ellos músicos de la escena de Nueva Orleans, que en los últimos años han sido reivindicados por el HolaNola Fest-Lab, el festival español de autores contemporáneos de Nueva Orleans.De Healing Gang impacta por su destreza estilística mientras Maeso, con su voz suavemente vibrante, se despliega como un pura sangre capaz de sonar contundente a lo The Black Crowes en Walk Up Call, a toques de medio tiempo soulero de Nueva Orleans con aires reggae en Lights of Hope II junto a Martha High, a modo John Hiatt soulero en The Truth Became a Lie o a filigrana jazzística folkie en It’s rainning junto Aurora Needland. En definitiva, una maravilla, como cocinada en el alma misma de Estados Unidos, para abrirse paso en muchas direcciones sin estilo definido, como la mejor música. Ante la falta de éxito o, al menos, mayor visibilidad mediática y aprecio de un púbico más mayoritario, el organista siempre ha defendido que el problema no lo tienen sus gustos, sino cómo en este país siempre se ha tendido hacia propuestas más orientadas a un oído más fácil, menos clásicas y de raíces, donde prima una simplificación por el indie masivo festivalero así como por la electrónica y R’n’B moderno. Maeso no se sitúa en ningún territorio que no sea su propia visión de la música trayendo a la memoria en su coctelera particular a Leon Russell, Al Kooper, Steve Winwood, Steve Wonder, Allen Toussaint o The Band. El organista toca hoy en Madrid, donde presentará en Club Malasaña a partir de las 20:00 horas su disco, Healing Gang. Una oportunidad perfecta para degustar a este auténtico forajido de la música española que acaba de grabar un álbum sobresaliente, como pocos se pueden escuchar en un país no preparado para la calidad de este portento. Seguir leyendo
A Julián Maeso nunca le ha gustado que le vean como un erudito musical, como una especie de ratón de biblioteca sonora que está fuera de la realidad y que no hace por conectar con el público. Normal: como tantos músicos, su amor por las canciones es tan grande que, también como tantos músicos, estaría deseando llegar a mucho público. Porque, si con una canción puedes hacer mover el esqueleto a una persona, nunca será mala noticia que con la misma canción lo muevan diez. Lo importante es conectar.. A veces, me pregunto en qué país vivimos musical y culturalmente cuando un tipo como Julián Maeso no triunfa, o ni tan siquiera puede tener una estabilidad en su oficio de componer y tocar canciones. Un país que tiene a Maeso como un superviviente en la sombra, sin poder desarrollar fácilmente sus proyectos ni consolidar su carrera, es quizá un país que adolece de algo importante.. Maeso es un portentoso organista, un músico tremendamente talentoso, que siempre ha seguido la estela de la música de raíces norteamericana. Jazz, soul, funk o rock confluyen en su música para alcanzar un sonido sólido, trepidante y emocionante. Lo demostró en discos como Dreams Are Gone o Somewhere Somehow, trabajos en los que se sentía la fuerza de un caudal repleto de pundonor sonoro.. Ahora, tras su estupendo proyecto conjunto llamado Combo Paradiso (junto a Adrián Costa, Alberto Anaut y Juan Zelada), regresa con un nuevo disco, Healing Gang, una obra compuesta de nueve canciones y cuatro tomas alternativas de canciones ya editadas anteriormente. Se trata de un álbum arrollador repleto de colaboraciones de primer nivel, tanto en el plano nacional con la presencia de Nina, de Morgan, Anaut, Aurora García y Maika Makovski, como en el internacional con Aurora Neeland, Noel McKay, Gina Leslie y Sabine MC Calla, todos ellos músicos de la escena de Nueva Orleans, que en los últimos años han sido reivindicados por el HolaNola Fest-Lab, el festival español de autores contemporáneos de Nueva Orleans.. De Healing Gang impacta por su destreza estilística mientras Maeso, con su voz suavemente vibrante, se despliega como un pura sangre capaz de sonar contundente a lo The Black Crowes en Walk Up Call, a toques de medio tiempo soulero de Nueva Orleans con aires reggae en Lights of Hope II junto a Martha High, a modo John Hiatt soulero en The Truth Became a Lie o a filigrana jazzística folkie en It’s rainning junto Aurora Needland. En definitiva, una maravilla, como cocinada en el alma misma de Estados Unidos, para abrirse paso en muchas direcciones sin estilo definido, como la mejor música.. Ante la falta de éxito o, al menos, mayor visibilidad mediática y aprecio de un púbico más mayoritario, el organista siempre ha defendido que el problema no lo tienen sus gustos, sino cómo en este país siempre se ha tendido hacia propuestas más orientadas a un oído más fácil, menos clásicas y de raíces, donde prima una simplificación por el indie masivo festivalero así como por la electrónica y R’n’B moderno. Maeso no se sitúa en ningún territorio que no sea su propia visión de la música trayendo a la memoria en su coctelera particular a Leon Russell, Al Kooper, Steve Winwood, Steve Wonder, Allen Toussaint o The Band.. El organista toca hoy en Madrid, donde presentará en Club Malasaña a partir de las 20:00 horas su disco, Healing Gang. Una oportunidad perfecta para degustar a este auténtico forajido de la música española que acaba de grabar un álbum sobresaliente, como pocos se pueden escuchar en un país no preparado para la calidad de este portento.
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