En años recientes, la arquitectura educativa ha vivido una verdadera transformación en su concepción, buscando atender las necesidades en evolución de los estudiantes y ajustarse a las nuevas metodologías de enseñanza que han surgido recientemente. Arquitectos y educadores han colaborado estrechamente, incorporando conocimientos de la psicología ambiental y la neurociencia, para crear escuelas innovadoras que fomentan el bienestar y transforman el enfoque de la enseñanza tradicional hacia un aprendizaje más activo y participativo. Según José Picó, fundador de Espacios Maestros, un estudio de arquitectura multidisciplinario enfocado en el diseño de entornos educativos, el objetivo es que las escuelas se adapten a la realidad actual. Se enfatiza la importancia de despedirse de la inflexibilidad de las estructuras rígidas y de convertirlas en espacios flexibles y adaptables, que puedan adecuarse a diversas situaciones. Esto ya ha ocurrido con las oficinas de trabajo, que han cambiado de manera significativa. «Ya no existen esos extensos pasillos con numerosas puertas que conducen a oficinas», señala el arquitecto. Además, una base fundamental de la nueva arquitectura escolar es la implicación de los estudiantes, padres y docentes en el proceso de toma de decisiones respecto al ambiente educativo. Esto facilita que la organización del espacio se ajuste a la metodología educativa y promueva nuevas maneras de aprender. Por esta razón, Picó señala que en Espacio Maestros realizan talleres de design thinking antes de comenzar cada proyecto, con el fin de identificar necesidades y crear espacios que respondan a problemas concretos en cada comunidad educativa. Santiago Atrio, director del grupo de investigación Escuela en Arquitectura Educativa en la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), también menciona que la reinterpretación del espacio arquitectónico como un recurso pedagógico ha adquirido una gran importancia. A lo largo de los años, hemos utilizado diversos recursos educativos, tales como los ábacos, las reglas, los bloques lógicos y los materiales de laboratorio.
En años recientes, la arquitectura educativa ha vivido una verdadera transformación en su concepción, buscando atender las necesidades en evolución de los estudiantes y ajustarse a las nuevas metodologías de enseñanza que han surgido recientemente. Colaborando estrechamente, arquitectos y educadores han incorporado conocimientos de áreas como la psicología ambiental y la neurociencia para crear escuelas innovadoras que fomentan el bienestar y buscan transformar el modelo de enseñanza tradicional hacia un método de aprendizaje activo y participativo. José Picó, el fundador de Espacios Maestros, un estudio de arquitectura que se especializa en el diseño de entornos educativos, destaca que la propuesta es adaptar las escuelas a las exigencias del mundo actual. Se enfatiza la importancia de despedirse de la inflexibilidad de las estructuras rígidas y de convertirlas en espacios flexibles y adaptables, que puedan adecuarse a diversas situaciones. Esto ya ha ocurrido con las oficinas de trabajo, que han cambiado de manera significativa. «Ya no existen esos extensos pasillos repletos de puertas que conducen a oficinas», comenta el arquitecto. Un componente fundamental de la nueva arquitectura educativa es la involucración de los estudiantes, padres y maestros en el proceso de decisión sobre el entorno escolar. Esto facilita que la organización del espacio se ajuste a la metodología educativa y promueva nuevas maneras de aprender.
En años recientes, la arquitectura educativa ha vivido una verdadera transformación en su concepción, buscando atender las necesidades en evolución de los estudiantes y ajustarse a las nuevas metodologías de enseñanza que han surgido recientemente. Arquitectos y educadores han colaborado estrechamente, incorporando conocimientos de la psicología ambiental y la neurociencia, para crear escuelas innovadoras que fomentan el bienestar y transforman el enfoque de la enseñanza tradicional hacia un aprendizaje más activo y participativo. Según José Picó, fundador de Espacios Maestros, un estudio de arquitectura multidisciplinario enfocado en el diseño de entornos educativos, el objetivo es que las escuelas se adapten a la realidad actual. Se enfatiza la importancia de despedirse de la inflexibilidad de las estructuras rígidas y de convertirlas en espacios flexibles y adaptables, que puedan adecuarse a diversas situaciones. Esto ya ha ocurrido con las oficinas de trabajo, que han cambiado de manera significativa. «Ya no existen esos extensos pasillos con numerosas puertas que conducen a oficinas», señala el arquitecto. Además, una base fundamental de la nueva arquitectura escolar es la implicación de los estudiantes, padres y docentes en el proceso de toma de decisiones respecto al ambiente educativo. Esto facilita que la organización del espacio se ajuste a la metodología educativa y promueva nuevas maneras de aprender. Por esta razón, Picó sostiene que en Espacio Maestros realizan talleres de design thinking antes de comenzar cada proyecto, con el objetivo de identificar las necesidades y crear espacios que resuelvan los problemas particulares de cada comunidad educativa. En la búsqueda de nuevos entornos creativos para el aprendizaje.
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