Maika Makovski (Palma de Mallorca, 42 años) prepara la maleta para sus próximos dos conciertos. En ella nunca faltan los cuadernos y los bolis, muchos bolis, hasta 20 incluso. Necesita la tinta para bajar la adrenalina del escenario a la vieja usanza, haciendo autodefinidos, y para digerir el ritmo frenético de su rutina. “Escribir es la mejor manera de no perderme en la vorágine del presente”, explica la cantante, inmersa en la gira de Bunker Rococo, el álbum que la subirá este mayo al escenario del festival Tomavistas. Un trabajo tan libre, personal y sofisticado como las dos décadas de carrera de su autora, que nos atiende desde un refugio enclavado en un valle sin conexión telefónica. ¿Cómo se puede ser una artista de éxito sin cobertura? “Porque ya la tuve durante muchos años”.. Para presentar Bunker Rococo en los escenarios ha apostado por lucir una voluminosa peluca a lo María Antonieta.. La peluca me ha dado vértigo porque eleva la altura. Tiene peso, un aplomo por sí misma, tanto que le he puesto nombre: Toby. Para ponerte tremendo pelucón sobre el escenario hay que estar muy segura de las canciones que estás cantando.. ¿Es imposible ir a contracorriente de las tendencias a la hora de vender su música?. Puedes no jugar al juego, pero hay que aceptar las consecuencias de estar fuera. Hay que escuchar al instinto, encontrar un punto medio en el que te encuentres a gusto. Yo no quiero regalarle contenido a quienes hacen de este mundo un lugar casi distópico, como Mark Zuckerberg o Elon Musk. Me fui de X en cuanto le vi hacer el saludo nazi.. El rococó es una corriente hedonista. ¿Qué le aporta a usted felicidad y placer?. Me encanta mancharme la cara, las manos y la ropa de tierra. Me paso la vida levantando piedras, moviendo pilas de compost, leyendo sobre permacultura… Estoy preparando el huerto de verano y tengo muchos frutales: ciruelos, higueras, granados, nísperos, moras y un pomelo.. Romy, Amaia, Mala Rodríguez, Judeline, usted misma… ¿El Tomavistas es la prueba de que, si se quiere incluir a mujeres en un festival, se puede?. Sí, y son artistas potentes que no van a hacer relleno. Hace años, en un festival, nos metieron a todas las mujeres juntas el jueves, el día más flojo. No teníamos nada que ver musicalmente las unas contras las otras, solamente que teníamos coño.. ¿Qué hacer ante la tentación de meterse en un búnker para callar el ruido que nos rodea?. Es necesario tener un búnker, un espacio en el que apagar el móvil y estar realmente contigo mismo. Pero somos sociales también y eso hay que protegerlo, cada vez estamos más aislados y más infelices. Hay que poner los valores en el podio de las prioridades, el capitalismo nos está comiendo el alma.. El álbum ha entusiasmado a crítica y público. ¿Es difícil cambiar ahora de registro y pensar en lo siguiente?. No le tengo miedo al futuro, los cambios significan ideas nuevas. A nivel comercial el éxito es un arma de doble filo porque si la gente ha conectado es un poco como McDonald’s, quieren volver a algo similar y a veces eso no es bueno. Algunos se bajan, pero yo tengo el alma feliz.. Estuvo alejada de las redes durante un año preparando el álbum. ¿Tuvo síndrome de abstinencia o se sintió liberada?. Mi intención era la de crear el disco más valioso que pudiera porque la sensación es que nos bombardean con mucho ruido y muy vacío. Pero cuando vuelves a las redes y presentas eso por lo que has luchado tanto, acaba convirtiéndose en ruido también. Tengo un conflicto con la manera en la que se promociona la música en 2025.. ¿Alguna vez en su carrera ha sentido que alguien le quería cortar la cabeza?. ¡Sí, claro! (ríe) Soy muy despistada, así que te puedes imaginar lo que pasa cuando tengo algún despiste grave durante un viaje o un periodista no me encuentra a la hora acordada. Pero intento compensárselo a la gente, no soy ninguna diva.. Siendo su padre macedonio, recomiéndenos un plato típico del país que le guste especialmente.. Me encanta el zelnik. Es una pasta tipo filo que se rellena con acelgas, un queso similar tipo feta y mucha, mucha grasa. Está muy bueno.. ¿Hay una satisfacción comparable entre conseguir una buena canción y un buen fruto?. Absolutamente, tienen algo de similar. Al igual que cuando plantas un árbol, una canción también la ves crecer cuando se la das a los demás. Con suerte, cuando me vaya del mundo las canciones y los árboles seguirán ahí.. Seguir leyendo
Maika Makovski (Palma de Mallorca, 42 años) prepara la maleta para sus próximos dos conciertos. En ella nunca faltan los cuadernos y los bolis, muchos bolis, hasta 20 incluso. Necesita la tinta para bajar la adrenalina del escenario a la vieja usanza, haciendo autodefinidos, y para digerir el ritmo frenético de su rutina. “Escribir es la mejor manera de no perderme en la vorágine del presente”, explica la cantante, inmersa en la gira de Bunker Rococo, el álbum que la subirá este mayo al escenario del festival Tomavistas. Un trabajo tan libre, personal y sofisticado como las dos décadas de carrera de su autora, que nos atiende desde un refugio enclavado en un valle sin conexión telefónica. ¿Cómo se puede ser una artista de éxito sin cobertura? “Porque ya la tuve durante muchos años”.Para presentar Bunker Rococo en los escenarios ha apostado por lucir una voluminosa peluca a lo María Antonieta.La peluca me ha dado vértigo porque eleva la altura. Tiene peso, un aplomo por sí misma, tanto que le he puesto nombre: Toby. Para ponerte tremendo pelucón sobre el escenario hay que estar muy segura de las canciones que estás cantando.¿Es imposible ir a contracorriente de las tendencias a la hora de vender su música?Puedes no jugar al juego, pero hay que aceptar las consecuencias de estar fuera. Hay que escuchar al instinto, encontrar un punto medio en el que te encuentres a gusto. Yo no quiero regalarle contenido a quienes hacen de este mundo un lugar casi distópico, como Mark Zuckerberg o Elon Musk. Me fui de X en cuanto le vi hacer el saludo nazi.El rococó es una corriente hedonista. ¿Qué le aporta a usted felicidad y placer?Me encanta mancharme la cara, las manos y la ropa de tierra. Me paso la vida levantando piedras, moviendo pilas de compost, leyendo sobre permacultura… Estoy preparando el huerto de verano y tengo muchos frutales: ciruelos, higueras, granados, nísperos, moras y un pomelo.Romy, Amaia, Mala Rodríguez, Judeline, usted misma… ¿El Tomavistas es la prueba de que, si se quiere incluir a mujeres en un festival, se puede?Sí, y son artistas potentes que no van a hacer relleno. Hace años, en un festival, nos metieron a todas las mujeres juntas el jueves, el día más flojo. No teníamos nada que ver musicalmente las unas contras las otras, solamente que teníamos coño.¿Qué hacer ante la tentación de meterse en un búnker para callar el ruido que nos rodea?Es necesario tener un búnker, un espacio en el que apagar el móvil y estar realmente contigo mismo. Pero somos sociales también y eso hay que protegerlo, cada vez estamos más aislados y más infelices. Hay que poner los valores en el podio de las prioridades, el capitalismo nos está comiendo el alma.El álbum ha entusiasmado a crítica y público. ¿Es difícil cambiar ahora de registro y pensar en lo siguiente?No le tengo miedo al futuro, los cambios significan ideas nuevas. A nivel comercial el éxito es un arma de doble filo porque si la gente ha conectado es un poco como McDonald’s, quieren volver a algo similar y a veces eso no es bueno. Algunos se bajan, pero yo tengo el alma feliz.Estuvo alejada de las redes durante un año preparando el álbum. ¿Tuvo síndrome de abstinencia o se sintió liberada?Mi intención era la de crear el disco más valioso que pudiera porque la sensación es que nos bombardean con mucho ruido y muy vacío. Pero cuando vuelves a las redes y presentas eso por lo que has luchado tanto, acaba convirtiéndose en ruido también. Tengo un conflicto con la manera en la que se promociona la música en 2025.¿Alguna vez en su carrera ha sentido que alguien le quería cortar la cabeza?¡Sí, claro! (ríe) Soy muy despistada, así que te puedes imaginar lo que pasa cuando tengo algún despiste grave durante un viaje o un periodista no me encuentra a la hora acordada. Pero intento compensárselo a la gente, no soy ninguna diva.Siendo su padre macedonio, recomiéndenos un plato típico del país que le guste especialmente.Me encanta el zelnik. Es una pasta tipo filo que se rellena con acelgas, un queso similar tipo feta y mucha, mucha grasa. Está muy bueno.¿Hay una satisfacción comparable entre conseguir una buena canción y un buen fruto?Absolutamente, tienen algo de similar. Al igual que cuando plantas un árbol, una canción también la ves crecer cuando se la das a los demás. Con suerte, cuando me vaya del mundo las canciones y los árboles seguirán ahí. Seguir leyendo
Maika Makovski (Palma de Mallorca, 42 años) prepara la maleta para sus próximos dos conciertos. En ella nunca faltan los cuadernos y los bolis, muchos bolis, hasta 20 incluso. Necesita la tinta para bajar la adrenalina del escenario a la vieja usanza, haciendo autodefinidos, y para digerir el ritmo frenético de su rutina. “Escribir es la mejor manera de no perderme en la vorágine del presente”, explica la cantante, inmersa en la gira de Bunker Rococo, el álbum que la subirá este mayo al escenario del festival Tomavistas. Un trabajo tan libre, personal y sofisticado como las dos décadas de carrera de su autora, que nos atiende desde un refugio enclavado en un valle sin conexión telefónica. ¿Cómo se puede ser una artista de éxito sin cobertura? “Porque ya la tuve durante muchos años”.. Para presentar Bunker Rococoen los escenarios ha apostado por lucir una voluminosa peluca a lo María Antonieta.. La peluca me ha dado vértigo porque eleva la altura. Tiene peso, un aplomo por sí misma, tanto que le he puesto nombre: Toby. Para ponerte tremendo pelucón sobre el escenario hay que estar muy segura de las canciones que estás cantando.. ¿Es imposible ir a contracorriente de las tendencias a la hora de vender su música?. Puedes no jugar al juego, pero hay que aceptar las consecuencias de estar fuera. Hay que escuchar al instinto, encontrar un punto medio en el que te encuentres a gusto. Yo no quiero regalarle contenido a quienes hacen de este mundo un lugar casi distópico, como Mark Zuckerberg o Elon Musk. Me fui de X en cuanto le vi hacer el saludo nazi.. El rococó es una corriente hedonista. ¿Qué le aporta a usted felicidad y placer?. Me encanta mancharme la cara, las manos y la ropa de tierra. Me paso la vida levantando piedras, moviendo pilas de compost, leyendo sobre permacultura… Estoy preparando el huerto de verano y tengo muchos frutales: ciruelos, higueras, granados, nísperos, moras y un pomelo.. Romy, Amaia, Mala Rodríguez, Judeline, usted misma… ¿El Tomavistas es la prueba de que, si se quiere incluir a mujeres en un festival, se puede?. Sí, y son artistas potentes que no van a hacer relleno. Hace años, en un festival, nos metieron a todas las mujeres juntas el jueves, el día más flojo. No teníamos nada que ver musicalmente las unas contras las otras, solamente que teníamos coño.. ¿Qué hacer ante la tentación de meterse en un búnker para callar el ruido que nos rodea?. Es necesario tener un búnker, un espacio en el que apagar el móvil y estar realmente contigo mismo. Pero somos sociales también y eso hay que protegerlo, cada vez estamos más aislados y más infelices. Hay que poner los valores en el podio de las prioridades, el capitalismo nos está comiendo el alma.. El álbum ha entusiasmado a crítica y público. ¿Es difícil cambiar ahora de registro y pensar en lo siguiente?. No le tengo miedo al futuro, los cambios significan ideas nuevas. A nivel comercial el éxito es un arma de doble filo porque si la gente ha conectado es un poco como McDonald’s, quieren volver a algo similar y a veces eso no es bueno. Algunos se bajan, pero yo tengo el alma feliz.. Estuvo alejada de las redes durante un año preparando el álbum. ¿Tuvo síndrome de abstinencia o se sintió liberada?. Mi intención era la de crear el disco más valioso que pudiera porque la sensación es que nos bombardean con mucho ruido y muy vacío. Pero cuando vuelves a las redes y presentas eso por lo que has luchado tanto, acaba convirtiéndose en ruido también. Tengo un conflicto con la manera en la que se promociona la música en 2025.. ¿Alguna vez en su carrera ha sentido que alguien le quería cortar la cabeza?. ¡Sí, claro! (ríe) Soy muy despistada, así que te puedes imaginar lo que pasa cuando tengo algún despiste grave durante un viaje o un periodista no me encuentra a la hora acordada. Pero intento compensárselo a la gente, no soy ninguna diva.. Siendo su padre macedonio, recomiéndenos un plato típico del país que le guste especialmente.. Me encanta el zelnik. Es una pasta tipo filo que se rellena con acelgas, un queso similar tipo feta y mucha, mucha grasa. Está muy bueno.. ¿Hay una satisfacción comparable entre conseguir una buena canción y un buen fruto?. Absolutamente, tienen algo de similar. Al igual que cuando plantas un árbol, una canción también la ves crecer cuando se la das a los demás. Con suerte, cuando me vaya del mundo las canciones y los árboles seguirán ahí.
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