La historia de España que conocemos es muy variada, pero también deja capítulos que influyeron de manera elocuente en nuestro presente y los tenemos olvidados y nos resultan hasta desconocidos. La expulsión de los judíos por los siempre contradictorios reyes Católicos marcó sin duda un cambio importante en muchos aspectos de la sociedad medieval, pero apenas concede relieve a lo ocurrido cien años antes con la unidad que representó la conversión de algunos judíos de relieve en aquella ápoca al cristianismo que desde la renuncia de Recaredo al arrianismo se venía afianzando en el territorio conforme iba siendo liberado por el lento progreso de la Reconquista.. La aparición estos días poco propicios para nuevas publicaciones de un libro titulado Conversos, con el sugerente subtítulo «De Salomón Levi, rabino, a Pablo de Santa María, Obispo», ofrece al lector interesado en la historia una narración profunda, bien documentada y tentadoramente escrita sobre aquella etapa y aquellos momentos que con el paso se los siglos revelan el grave error político, además de social, económico y humano, que supuso un retroceso en la integración de los españoles y sus diferencias de fe y cultura que habitaban un territorio dividido por su pasado y, ya no por la árabe de Granada, todavía políticamente separado por las coronas de Castilla, Aragón y Navarra.. David Jiménez-Blanco Carrillo de Albornoz es un intelectual muy conocido como especialista en asuntos financieros: ocupó y ocupa puestos nacionales e internacionales en la actividad bursátil, pero lo que casi nadie conocía es su interés y dedicación al estudio de la Historia y especialista en los últimos tiempos de la baja Edad Media. Conversos, el producto más reciente de su dedicación en el tiempo libre que le permiten sus ocupaciones habituales es un libro que, en espera de que los críticos lo enjuicien, para un lector asiduo de la historia de los judíos en España es apasionante. La editorial Almuzara ha completado la oferta literaria con una edición de verdadero lujo, consciente de que se trata de un libro predestinado a muchos años de supervivencia en las librerías de historiadores e intelectuales.. Quizás Conversos no sea el libro que en esta época del año algunos buscan para distraerse en la playa de sus problemas cotidianos, pero si el que proporciona siempre una lectura fácil que se ejerce con la pasión que proporciona sentir que el conocimiento que supone descubrir hechos pasados, que obligan a sacar conclusiones propias y, desde luego, a disfrutar de un trabajo que nos explica cuestiones importantes de nuestro pasado. De esa Edad Media en la que las tres culturas que convivieron en la Península, Cristianos, Judíos y Musulmanes, cada uno con sus errores y aportaciones positivas, dejaron una huella indeleble de la que las nuevas generaciones podemos enorgullecernos y sacar conclusiones válidas del balance positivo que estamos heredando.
“Conversos proporciona una lectura fácil que se ejerce con la pasión que proporciona sentir que el conocimiento de hechos pasados obliga a sacar conclusiones propias.”
La historia de España que conocemos es muy variada, pero también deja capítulos que influyeron de manera elocuente en nuestro presente y los tenemos olvidados y nos resultan hasta desconocidos. La expulsión de los judíos por los siempre contradictorios reyes Católicos marcó sin duda un cambio importante en muchos aspectos de la sociedad medieval, pero apenas concede relieve a lo ocurrido cien años antes con la unidad que representó la conversión de algunos judíos de relieve en aquella ápoca al cristianismo que desde la renuncia de Recaredo al arrianismo se venía afianzando en el territorio conforme iba siendo liberado por el lento progreso de la Reconquista.. La aparición estos días poco propicios para nuevas publicaciones de un libro titulado Conversos, con el sugerente subtítulo «De Salomón Levi, rabino, a Pablo de Santa María, Obispo», ofrece al lector interesado en la historia una narración profunda, bien documentada y tentadoramente escrita sobre aquella etapa y aquellos momentos que con el paso se los siglos revelan el grave error político, además de social, económico y humano, que supuso un retroceso en la integración de los españoles y sus diferencias de fe y cultura que habitaban un territorio dividido por su pasado y, ya no por la árabe de Granada, todavía políticamente separado por las coronas de Castilla, Aragón y Navarra.. David Jiménez-Blanco Carrillo de Albornoz es un intelectual muy conocido como especialista en asuntos financieros: ocupó y ocupa puestos nacionales e internacionales en la actividad bursátil, pero lo que casi nadie conocía es su interés y dedicación al estudio de la Historia y especialista en los últimos tiempos de la baja Edad Media. Conversos, el producto más reciente de su dedicación en el tiempo libre que le permiten sus ocupaciones habituales es un libro que, en espera de que los críticos lo enjuicien, para un lector asiduo de la historia de los judíos en España es apasionante. La editorial Almuzara ha completado la oferta literaria con una edición de verdadero lujo, consciente de que se trata de un libro predestinado a muchos años de supervivencia en las librerías de historiadores e intelectuales.. Quizás Conversos no sea el libro que en esta época del año algunos buscan para distraerse en la playa de sus problemas cotidianos, pero si el que proporciona siempre una lectura fácil que se ejerce con la pasión que proporciona sentir que el conocimiento que supone descubrir hechos pasados, que obligan a sacar conclusiones propias y, desde luego, a disfrutar de un trabajo que nos explica cuestiones importantes de nuestro pasado. De esa Edad Media en la que las tres culturas que convivieron en la Península, Cristianos, Judíos y Musulmanes, cada uno con sus errores y aportaciones positivas, dejaron una huella indeleble de la que las nuevas generaciones podemos enorgullecernos y sacar conclusiones válidas del balance positivo que estamos heredando.